Ternera de Aliste, y por consiguiente los ganaderos, recuperan así la esperanza e inician la recuperación tras un año atípico y preocupante, el de 2020, marcado por la llegada de la crisis sanitaria global originada por la pandemia del Covid-19, que afectó muy directamente al sector agroalimentario con el estado de alarma, el confinamiento y el cierre de bares y restaurantes que traía como efecto colateral el descenso en el consumo, muy en particular en el sector de la hostelería y restauración.
La pandemia ha supuesto un pequeño parón en las perspectivas comerciales iniciales previstas, pero poco a poco se va recuperando el mercado, lo cual hace que tanto los directivos como técnicos de la IGP se muestren prudentemente satisfechos y agradecidos por la fidelidad de los clientes: cocineros, amas de casa y consumidores.
Los castellanos y leoneses se reafirman como los principales consumidores de carnes frescas de la Indicación Geográfica Protegida “Ternera de Aliste”, consumiendo el 57% del total. De este porcentaje el 43% lo consumen los zamoranos y el 20% restante vallisoletanos y salmantinos. Fuera de esta región destaca la Comunidad Valenciana, donde se comercializa el 23%.